Estatua de Zeus en Olimpia

7 Maravillas del Mundo Antiguo

La Estatua de Zeus en Olimpia fue una escultura crisoelefantina elaborada por el famoso escultor clásico Fidias sobre el432 a. C., en lo que actualmente se conoce como Olimpia, Grecia, a 150 km al oeste de Atenas; y forma parte de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.




La estatua ocupaba la totalidad del ancho del pasillo del templo construido para albergarla. De acuerdo con una fuente contemporánea medía aproximadamente doce metros de alto. Zeus fue esculpido en marfil (o modelado, pues en la realización el marfil se remojaba en un líquido que lo hacía más maleable).

Esta es la estatua que representa al dios en cuyo honor se organizaban los Juegos Olímpicos Antiguos. Cuando tocaba celebrar los Juegos, cada 4 años, todas las guerras se detenían, y los atletas llegaban de Asia Menor, Siria, Egipto y Sicilia para competir y adorar al rey del panteón griego: Zeus.
Según los registros, los primeros Juegos Olímpicos de los que se tiene constancia comenzaron en el año 776 a. C. El magnífico templo de Zeus había sido diseñado por el arquitecto Libón y construido alrededor del 450 a. C. Cuando con el transcurrir del tiempo, el poderío de la Antigua Grecia se vio incrementado, aquel sencillo templo de estilo dórico resultaba demasiado mundano, por lo que se hizo necesario modificarlo de alguna manera. La solución que encontraron fue colocar en su interior una majestuosa estatua del dios. Para esta sacra tarea fue designado el escultor ateniense Fidias.
Según Pausanias, Zeus aparecía sentado en un trono con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas, llevaba la cabeza coronada de olivo y la mirada, dirigida hacia abajo le confería aspecto paternal. En la mano derecha sostenía una Niké y en la izquierda el cetro rematado por un águila; el manto estaba adornado de lirios y las sandalias eran de oro. El trono era en sí mismo una obra de arte, hecho a base de marfil, ébano, oro y piedras preciosas; el respaldo, los brazos, los pies y los travesaños entre ellas iban labrados y decorados con relieves posteriormente copiados y reproducidos por separado, como en el caso de la escultura Atenea Partenos. Especial repercusión tuvo el relieve con la matanza de los hijos de Níobe, esculpido en el travesaño de las patas delanteras del trono.

El altar de Zeus actualmente en el Museo de Pérgamo en Berlin, Alemania
Al igual que había hecho en Atenas, para decorar el basamento de la estatua de Zeus elige Fidias el tema del nacimiento de unadivinidad, en este caso Afrodita, y lo trata de nuevo como un acontecimiento de orden cósmico presenciado por dioses olímpicos y divinidades astrales. Pausanias dice que se veía a Afrodita, que emergía del mar y era acogida por Eros.
 
Las únicas reproducciones conocidas del Zeus de Olimpia nos las dan las monedas, más bien medallas conmemorativas, acuñadas en Elis en época de Adriano, en una de cuyas caras aparece Zeus entronizado y en la otra el detalle de la cabeza. Pese a la representación de perfil y al formato reducido, los aspectos esenciales coinciden con la descripción de Pausanias, de donde viene el interés especial de la reproducción de la cabeza con su noble porte y su peinado de rizos que cuelgan a ambos lados.
Cabeza laureada de Zeus en un tetradracma griego, Lámpsaco, c. 360–340 a. C.
Moneda de Elis con la estatua de Zeus de Olimpia.
A lo largo de la Historia han venido realizando muchas copias de la estatua, incluida la réplica exacta de Cirene (Libia). Ninguna de ellas, de todos modos, ha sobrevivido hasta nuestros días. Reconstrucciones más modernas como el grabado realizado por von Erlach se cree ahora que son inexactos. A nosotros, por lo tanto, solo nos queda fantasear sobre la verdadera apariencia de la estatua —el más grande trabajo de la escultura clásica griega.
Todo lo que queda del templo son las columnas




 Columna caída por un vendaval en 1852.