2 Crónicas 1-2-3-4-5, Puntos sobresalientes de la Biblia

2 Crónicas 1-2-3-4-5, Puntos sobresalientes de la Biblia

Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: 2 Crónicas 1 a 5. Información para el estudio personal

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Investigación para los Puntos sobresalientes de: 2 Crónicas 1 a 5


23 de nov. Lectura de la Biblia: 2 Crónicas 1 a 5


(2 CRÓNICAS 1:11)

“Entonces Dios dijo a Salomón: “Por motivo de que esto ha resultado estar junto a tu corazón, y no has pedido riquezas, posesiones materiales, ni honra, ni el alma de los que te odian, y ni siquiera es muchos días lo que has pedido, sino que pides sabiduría y conocimiento para ti mismo para que puedas juzgar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey,”

*** w05 1/12 pág. 19 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
1:11, 12. La petición que hizo Salomón mostró a Jehová que el rey deseaba de corazón adquirir sabiduría y conocimiento. De igual modo, las oraciones que elevamos a Dios revelan lo que tenemos en el corazón, por lo que hacemos bien en analizar lo que decimos en ellas.

(2 CRÓNICAS 1:17)

“Y comúnmente subían y exportaban de Egipto un carro por seiscientas piezas de plata y un caballo por ciento cincuenta; y así era para todos los reyes de los hititas y los reyes de Siria. Por medio de ellos hacían la exportación.”

*** it-1 pág. 379 Caballo ***
Durante el reinado de Salomón, los mercaderes reales traficaban con caballos y carros. El precio de un caballo era de 150 piezas de plata (330 dólares [E.U.A.], si las piezas de plata eran siclos), y el de un carro era de 600 piezas de plata (c. 1.320 dólares [E.U.A.], si eran siclos). (1Re 10:28, 29; 2Cr 1:16, 17.)

(2 CRÓNICAS 2:8)

“Y envíame maderas de cedro, enebro y algum desde el Líbano, porque yo mismo bien sé que tus siervos son experimentados en cortar los árboles del Líbano (y aquí mis siervos están junto con tus siervos),”

*** it-1 pág. 88 Algum ***
ALGUM
(heb. ʼal•gum•mím [2Cr 2:8; 9:10, 11]; ʼal•mug•gím [1Re 10:11, 12]).
Árbol que figuraba entre las maderas que Salomón pidió a Hiram de Tiro para la construcción del templo. Los escalones y los soportes, así como las arpas e instrumentos de cuerda, se hicieron con este tipo de madera.
No se puede identificar con certeza el árbol mencionado en estos pasajes. Tradicionalmente se ha considerado que el algum es el sándalo rojo (Pterocarpus santalinus) que hoy día se halla en la India y Sri Lanka, aunque hay quien opina que es el sándalo blanco (Santalum album), tal vez debido al comentario de Josefo de que era como la madera de pino, “pero [...] más blanca y más brillante”. (Antigüedades Judías, libro VIII, cap. VII, sec. 1.) El sándalo rojo crece hasta una altura de 7,5 a 9 m., su madera es dura, de veta o grano fino y de color marrón rojizo. Al pulirla, adquiere mucho brillo. Es particularmente recomendable para la confección de instrumentos musicales como los mencionados en la Biblia. La madera es olorosa y de gran resistencia a los insectos.
En la actualidad el sándalo rojo no se da en el Líbano, y en lo que respecta al registro bíblico, no se especifica si el algum era oriundo de ese país. En cualquier caso, Hiram después vio conveniente obtenerlo en Ofir, lo que no excluye la posibilidad de que aun en Ofir esta madera fuese de importación, ya que esta ciudad —por su ubicación— pudo servir de centro para el comercio con la India, Egipto y otras regiones de África. (1Re 10:11, 22.) La singularidad y belleza de la madera que Hiram envió queda reseñada en estas palabras: “Maderas de árboles algum así no han venido ni se han visto hasta el día de hoy”. (1Re 10:12.)

(2 CRÓNICAS 2:10)

“Y, ¡mira!, a los recogedores de madera, los cortadores de los árboles, doy en efecto trigo como alimento para tus siervos, veinte mil coros; y cebada, veinte mil coros; y vino, veinte mil batos; y aceite, veinte mil batos”.”

*** it-1 pág. 450 Cebada ***
Salomón dio a Hiram, el rey de Tiro, 20.000 coros (4.400 Kl.) de cebada y una cantidad correspondiente de trigo, además de mucho aceite y vino para los siervos de dicho rey que estaban preparando los materiales del templo. (2Cr 2:10, 15.)

(2 CRÓNICAS 2:13)

“Y ahora de veras envío un hombre hábil, experimentado en entendimiento, que pertenece a Hiram-abí,”

*** it-1 pág. 1158 Hiram-abí ***
HIRAM-ABÍ
(Hiram Mi Padre).
Apelativo aplicado al “hombre hábil” que el rey de Tiro envió para que confeccionase todos los accesorios del templo de Salomón. Con él se daba a entender que Hiram era “padre” en el sentido de que era un obrero maestro. (2Cr 2:13; véase HIRAM núm. 2.)

*** it-1 pág. 1157 Hiram ***
2. El artesano diestro que hizo muchos de los accesorios del templo de Salomón. Su padre era tirio y su madre, una viuda “de la tribu de Neftalí” (1Re 7:13, 14), “de los hijos de Dan”. (2Cr 2:13, 14.) Esta aparente discrepancia tiene fácil solución si consideramos, como piensan algunos eruditos, que era de la tribu de Dan, enviudó de un primer marido de la tribu de Neftalí y luego se casó con un tirio.
Hiram, el rey de Tiro (núm. 1), envió a este artesano para que supervisase la construcción especial de Salomón debido a su habilidad y experiencia en trabajar con materiales como el oro, la plata, el cobre, el hierro, la piedra y la madera. También era muy diestro en teñir, grabar y diseñar toda clase de medios útiles. Quizás desde su infancia había recibido de su padre tirio, un experto artesano del cobre, alguna preparación técnica en las artes industriales de la época. (1Re 7:13-45; 2Cr 2:13, 14; 4:11-16.)
El rey de Tiro llama a este hombre Hiram-abí, que parece ser un apelativo cuyo significado literal es “Hiram Mi Padre”. (2Cr 2:13.) El rey no quiso decir con eso que Hiram fuese en realidad su padre, sino tal vez que era el “consejero” u “obrero maestro” del rey.

(2 CRÓNICAS 2:14)

“hijo de una mujer de los hijos de Dan, pero cuyo padre era hombre de Tiro, experimentado, para que trabaje en oro y en plata, en cobre, en hierro, en piedras y en maderas, en lana teñida de púrpura rojiza, en hilo azul y en tela fina y en carmesí y en cortar toda clase de grabado y en diseñar toda clase de medio útil que se le dé, junto con tus propios hombres hábiles y los hombres hábiles de mi señor David tu padre.”

*** w05 1/12 pág. 19 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
2:14. ¿Por qué difiere aquí el origen del artesano del que se da en 1 Reyes 7:14? Primero de los Reyes dice que la madre del artesano era ‘una viuda de la tribu de Neftalí’ porque estuvo casada con un hombre de dicha tribu, pero ella era de la tribu de Dan. Al enviudar, se casó con un natural de Tiro, de cuya unión nació el artesano.

*** it-1 pág. 1157 Hiram ***
2. El artesano diestro que hizo muchos de los accesorios del templo de Salomón. Su padre era tirio y su madre, una viuda “de la tribu de Neftalí” (1Re 7:13, 14), “de los hijos de Dan”. (2Cr 2:13, 14.) Esta aparente discrepancia tiene fácil solución si consideramos, como piensan algunos eruditos, que era de la tribu de Dan, enviudó de un primer marido de la tribu de Neftalí y luego se casó con un tirio.
Hiram, el rey de Tiro (núm. 1), envió a este artesano para que supervisase la construcción especial de Salomón debido a su habilidad y experiencia en trabajar con materiales como el oro, la plata, el cobre, el hierro, la piedra y la madera. También era muy diestro en teñir, grabar y diseñar toda clase de medios útiles. Quizás desde su infancia había recibido de su padre tirio, un experto artesano del cobre, alguna preparación técnica en las artes industriales de la época. (1Re 7:13-45; 2Cr 2:13, 14; 4:11-16.)

(2 CRÓNICAS 2:16)

“En cuanto a nosotros mismos, cortaremos árboles del Líbano conforme a todo lo que necesites, y te los llevaremos como armadías por mar a Jope, y tú, por tu parte, los subirás a Jerusalén”.”

*** w89 1/9 pág. 16 Jope... puerto notable de la antigüedad ***
Al ofrecerle ayuda a Salomón para construir el templo, Hiram el rey de Tiro dijo: “Te los llevaremos [unos árboles del Líbano] como armadías por mar a Jope, y tú, por tu parte, los subirás a Jerusalén”. (2 Crónicas 2:1, 11, 16.) Estas armadías o balsas quizás hayan salido de los puertos fenicios de Tiro o Sidón. (Isaías 23:1, 2; Ezequiel 27:8, 9.) Después de pasar el Carmelo, las armadías de cedro arribaron a Jope. Desde allí los cedros se podrían llevar a Jerusalén, a una distancia de 55 kilómetros (34 millas) al estesudeste.

(2 CRÓNICAS 2:18)

“De manera que de ellos hizo setenta mil cargadores y ochenta mil cortadores en la montaña y tres mil seiscientos superintendentes para mantener a la gente sirviendo.”

*** w05 1/12 pág. 19 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
2:18; 8:10. Estos versículos indican que el número de comisarios empleados como supervisores y capataces para vigilar las obras era de 3.600 más 250, mientras que en 1 Reyes 5:16 y 9:23 se dice que el número era de 3.300 más 550. ¿A qué se debe la diferencia? La diferencia parece radicar en los métodos de clasificación de los comisarios. Puede ser que Segundo de las Crónicas distinga entre 3.600 comisarios no israelitas y 250 israelitas, en tanto que Primero de los Reyes establezca una diferencia entre 3.300 capataces y 550 supervisores de mayor rango; de cualquier modo, la cifra total en cada caso es la misma: 3.850.

*** it-1 pág. 515 Comisario ***
Los “comisarios principescos” también servían de encargados y superintendentes de los que trabajaban en la construcción durante el reinado de Salomón. Parece que los dos relatos sobre estos comisarios, el de 1 Reyes y el de 2 Crónicas, solo difieren en los métodos de clasificación: el primero contabiliza 3.300 más 550, lo que arroja un total de 3.850 (1Re 5:16; 9:23), mientras que el segundo da 3.600 más 250, lo que también totaliza 3.850. (2Cr 2:18; 8:10.) Algunos eruditos (Ewald, Keil, Michaelis) creen que las cifras dadas en el libro de Crónicas hacen una distinción entre los 3.600 comisarios que no eran israelitas y los 250 israelitas, en tanto que en el libro de Reyes la distinción de comisarios que se hace es entre los 3.300 encargados subordinados y los 550 supervisores principales, entre los que se incluía a 300 supervisores que no eran israelitas.

(2 CRÓNICAS 3:1)

“Por fin Salomón comenzó a edificar la casa de Jehová en Jerusalén en el monte Moria, donde [Jehová] se había aparecido a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán el jebuseo.”

(2 CRÓNICAS 3:3)

“Y estas cosas Salomón colocó como fundamento para edificar la casa del Dios [verdadero]: la longitud en codos por la medida anterior era de sesenta codos, y la anchura veinte codos.”

*** it-2 pág. 1097 Templo ***
La longitud del “codo” utilizado. En la siguiente consideración sobre las medidas de los tres templos, el de Salomón, el de Zorobabel y el de Herodes, estas se calcularán tomando como base el codo de 44,5 cm. Sin embargo, es posible que se utilizara un codo más largo, de unos 51,8 cm. (Compárese con 2Cr 3:3, que menciona una “longitud en codos por la medida anterior”, siendo esta quizás una medida más larga que el codo que llegó a usarse comúnmente, y con Eze 40:5; véase CODO.)

(2 CRÓNICAS 3:4)

“Y el pórtico que estaba enfrente de la longitud era de veinte codos enfrente de la anchura de la casa, y su altura era de ciento veinte; y procedió a revestirlo por dentro de oro puro.”

*** it-2 pág. 685 Pórtico ***
El templo de Salomón. Aunque las partes principales del templo eran los compartimientos Santo y Santísimo, enfrente del Santo (hacia el E.) había un pórtico imponente que servía de entrada al templo. Tenía 20 codos (8,9 m.) de longitud (a lo largo de la anchura del templo), 10 codos (4,5 m.) de anchura (1Re 6:3) y 120 codos (53,4 m.) de altura. En 2 Crónicas 3:4 se hace referencia a la altura del pórtico al hablar de otras medidas para la casa, medidas aceptadas generalmente y que concuerdan con las de Primero de los Reyes. (Compárese 2Cr 3:3, 4 con 1Re 6:2, 3, 17, 20.) Así pues, el pórtico tendría la apariencia de una torre alta y rectangular que sobresalía muy por encima del resto del edificio del templo.

(2 CRÓNICAS 3:6)

“Además, revistió la casa de piedra preciosa para hermosura; y el oro era oro del país del oro.”

*** it-2 pág. 136 Joyas y piedras preciosas ***
Cuando Salomón edificó el templo, “revistió la casa de piedra preciosa para hermosura”, o, en otras palabras, la tachonó con piedras preciosas. (2Cr 3:6.)

(2 CRÓNICAS 4:1)

“Entonces hizo el altar de cobre; de veinte codos era su longitud, y de veinte codos su anchura, y de diez codos su altura.”

*** it-1 pág. 103 Altar ***
Altares del templo. Antes de la dedicación del templo de Salomón, el altar de cobre que se hizo en el desierto sirvió para los sacrificios que Israel ofrecía en el lugar alto de Gabaón. (1Re 3:4; 1Cr 16:39, 40; 21:29, 30; 2Cr 1:3-6.) El altar de cobre que después se hizo para el templo cubría una superficie dieciséis veces mayor que el anterior, y medía unos 9 m. de lado y unos 4,5 m. de alto. (2Cr 4:1.) En vista de su altura, era imprescindible que tuviera una vía de acceso. La ley de Dios prohibía el uso de escalones para el altar, con el fin de evitar descubrir la desnudez de los sacerdotes. (Éx 20:26.) Hay quien cree que los calzoncillos de lino que usaban Aarón y sus hijos servían para obviar este mandamiento y así hacer permisibles los escalones. (Éx 28:42, 43.) Sin embargo, parece probable que usaran una rampa para acercarse a la parte superior del altar de la ofrenda quemada. Josefo (La Guerra de los Judíos, libro V, cap. V, sec. 6) indica que en el altar del templo que Herodes construyó tiempo después se utilizó una rampa. Si la situación del altar del templo de Salomón siguió el modelo del altar del tabernáculo, la rampa probablemente estaba en el lado S. del altar. De este modo el “mar fundido”, donde los sacerdotes se lavaban, quedaba cerca, pues también estaba en el lado S. (2Cr 4:2-5, 9, 10.) Es probable que la configuración del altar construido para el templo siguiera el modelo del altar del tabernáculo, y no se da una descripción detallada de él.

(2 CRÓNICAS 4:2)

“Y procedió a hacer el mar fundido de diez codos de un borde hasta su otro borde, circular todo en derredor; y su altura era de cinco codos, y se requería una cuerda de treinta codos para rodearlo todo en derredor.”

*** it-1 pág. 974 Fuente, vasija ***
Otra fuente de gran tamaño fue el mar fundido ornamentado que estaba colocado sobre doce figuras de toros “al lado derecho, al este, hacia el sur” de la casa. En él se recogía agua para el uso de los sacerdotes. Era de forma circular y tenía diez codos (4,5 m.) de un borde al otro y cinco codos (2,2 m.) de altura. (2Cr 4:2-6, 10.)

(2 CRÓNICAS 4:3)

“Y había la semejanza de adornos en forma de calabazas debajo de él por todo en derredor, cercándolo, diez en cada codo, circundando al mar todo en derredor. Los adornos en forma de calabazas estaban en dos filas, fundidos en su fundición.”

*** it-1 pág. 388 Calabaza ***
Puede que los adornos en forma de calabazas (heb. peqa•ʽím) que engalanaban el mar fundido y la madera de cedro que revestía el interior del templo de Salomón hayan sido redondos como el fruto de la coloquíntida. (1Re 6:18; 7:24; 2Cr 4:3.)

(2 CRÓNICAS 4:4)

“Aquello estaba puesto sobre doce toros, tres que miraban al norte y tres que miraban al oeste y tres que miraban al sur y tres que miraban al oriente; y el mar estaba arriba sobre ellos, y las partes traseras de todos ellos se dirigían hacia el centro.”

*** w05 1/12 pág. 19 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
4:2-4. ¿Por qué se usaron representaciones de toros para construir la base del mar fundido? En las Escrituras, el toro es símbolo de fuerza (Ezequiel 1:10; Revelación [Apocalipsis] 4:6, 7). Elegir este animal como representación simbólica fue muy apropiado, pues los doce toros de cobre sostenían el gran “mar”, que pesaba unas 30 toneladas. La fabricación de estas figuras no quebrantó de ningún modo el segundo mandamiento, que prohibía hacer imágenes para adorarlas (Éxodo 20:4, 5).

(2 CRÓNICAS 4:5)

“Y el grueso [del mar] era de un palmo menor; y su borde era como la hechura del borde de una copa, una flor de lirio. Como receptáculo, tres mil medidas de bato era lo que podía contener.”

*** w08 1/2 pág. 15 ¿Lo sabía? ***
¿Qué capacidad tenía el mar fundido del templo de Salomón?
El relato de 1 Reyes 7:26 dice que el mar contenía “dos mil medidas de bato”, mientras que el relato paralelo de 2 Crónicas 4:5 menciona que contenía “tres mil medidas de bato”. Hay quien atribuye la diferencia a un error de los escribas al transcribir el libro de las Crónicas.
Sin embargo, la Traducción del Nuevo Mundo nos ayuda a armonizar estos dos textos. En 1 Reyes 7:26 leemos: “Dos mil medidas de bato era lo que contenía”. Pero en 2 Crónicas 4:5 dice: “Como receptáculo, tres mil medidas de bato era lo que podía contener”. Como puede observarse, 2 Crónicas 4:5 da la capacidad máxima del receptáculo del templo —es decir, lo que podía contener—, mientras que 1 Reyes 7:26 se refiere a la cantidad de agua que normalmente se mantenía en él. En otras palabras, nunca se llenaba hasta el borde. Parece que la costumbre era llenarlo hasta dos tercios de su capacidad.

*** w05 1/12 pág. 19 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
4:5. ¿Cuál era la capacidad máxima del mar fundido? Aunque le cabían tres mil medidas de bato (66.000 litros), probablemente solo se llenaban dos tercios de su volumen; de ahí que 1 Reyes 7:26 diga: “Dos mil medidas de bato [44.000 litros] era lo que [el mar] contenía”.

*** it-2 pág. 305 Mar fundido ***
El borde del mar parecía una flor de lirio. Puesto que el grosor de este gran recipiente era de “un palmo menor [unos 7,5 cm.]”, puede que muy bien haya pesado alrededor de 27 Tm. (1Re 7:24-26.) Esta enorme cantidad de cobre provino de las conquistas del rey David en Siria. (1Cr 18:6-8.) La fundición se hizo en un molde de arcilla en la región del Jordán y sin duda fue un gran logro. (1Re 7:44-46.)
Capacidad. El relato de 1 Reyes 7:26 dice que el mar ‘contenía dos mil medidas de bato’, mientras que el relato paralelo de 2 Crónicas 4:5 menciona que ‘contenía tres mil medidas de bato’. Hay quien atribuye la diferencia a un error del escriba en el relato de las Crónicas. Sin embargo, aunque el verbo hebreo que significa “contener” es el mismo en cada caso, permite cierta flexibilidad en la traducción. Por eso algunas versiones traducen 1 Reyes 7:26 [7:25, Ga] para que lea que el recipiente “contenía” 2.000 medidas de bato, y traducen 2 Crónicas 4:5 para que diga que “cabían en él” o “hacía”, “podía contener” o “podía recibir [...] (por su capacidad)” 3.000 medidas de bato (BJ, RH, Ga, NM, MK). Esto da pie a que se entienda que el relato de los Reyes dice la cantidad de agua que normalmente se almacenaba en el recipiente, mientras que el relato de las Crónicas da su capacidad máxima.
Parece ser que antiguamente la medida de bato equivalía a unos 22 l., de manera que, si se mantenía a dos tercios de su capacidad, el mar normalmente contendría unos 44.000 l. de agua. Para que tuviese la capacidad indicada, este mar fundido no podía ser cilíndrico, sino que debía tener forma de bulbo. Un recipiente con esa forma y con las dimensiones dadas antes podría contener hasta 66.000 l. Josefo, historiador judío del siglo I E.C., explica que el mar tenía “figura de un hemisferio”. También indica que el mar estaba situado entre el altar de los holocaustos y el edificio del templo, algo hacia el S. (Antigüedades Judías, libro VIII, cap. III, secs. 5 y 6.)

(2 CRÓNICAS 4:6)

“Además, hizo diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar en ellas. En ellas enjuagaban las cosas que tenían que ver con las ofrendas quemadas. Pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.”

*** it-1 pág. 974 Fuente, vasija ***
La palabra hebrea que se emplea con referencia a la fuente del tabernáculo es ki•yóhr (o ki•yór), que puede traducirse por “fuente”, “pila” o “jofaina”. (Éx 35:16, nota.) Es la misma que se utiliza para aludir a las diez fuentes que Salomón hizo construir para el uso del templo, donde se enjuagaban los utensilios que se usaban en las ofrendas quemadas. (2Cr 4:6, 14.)

(2 CRÓNICAS 4:16)

“y los recipientes y las palas y los tenedores y todos sus utensilios se los hizo Hiram-abiv al rey Salomón para la casa de Jehová, de cobre pulido.”

*** it-1 pág. 1157 Hiram ***
De manera similar, la expresión Hiram-abiv (literalmente, “Hiram Su Padre”) parece ser que significa ‘Hiram es su (o sea, del rey) obrero maestro’. (2Cr 4:16.)

*** it-1 pág. 1158 Hiram-abiv ***
HIRAM-ABIV
(Hiram Su Padre).
Término utilizado con relación al “artesano hábil” enviado desde Tiro para supervisar la elaboración de los accesorios del templo de Salomón. No parece indicar que Hiram fuese “padre” en sentido literal; más bien, se refiere a que era un obrero maestro. (2Cr 4:16; véase HIRAM núm. 2.)

(2 CRÓNICAS 5:2)

“Fue entonces cuando Salomón procedió a congregar en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los cabezas de las tribus, los principales de las casas paternas de los hijos de Israel, para subir el arca del pacto de Jehová desde la Ciudad de David, es decir, Sión.”

*** it-1 pág. 135 Anciano ***
Las referencias a “todo Israel, a sus ancianos y sus cabezas y sus jueces y sus oficiales” (Jos 23:2; 24:1), y “a los ancianos de Israel y a todos los cabezas de las tribus, los principales de las casas paternas” (2Cr 5:2), no significan que los “cabezas”, “jueces”, “oficiales” y “principales” fuesen otras personas distintas de los “ancianos”; más bien, indica que los que fueron denominados de esa manera específica desempeñaban cargos especiales en su función de ancianos. (Compárese con 2Re 19:2; Mr 15:1.)

(2 CRÓNICAS 5:10)

“No había nada en el Arca excepto las dos tablas que Moisés había dado en Horeb, cuando Jehová pactó con los hijos de Israel mientras iban saliendo de Egipto.”

*** w06 15/1 pág. 31 Preguntas de los lectores ***
Preguntas de los lectores
¿Contenía el arca del pacto únicamente las dos tablas de piedra, o había algo más en su interior?
Cuando se dedicó el templo de Salomón en el año 1026 antes de nuestra era, “no había nada en el Arca excepto las dos tablas que Moisés había dado en Horeb, cuando Jehová pactó con los hijos de Israel mientras iban saliendo de Egipto” (2 Crónicas 5:10). Pero no siempre había sido así.
“Al tercer mes después de haber salido los hijos de Israel de la tierra de Egipto”, entraron en el desierto de Sinaí (Éxodo 19:1, 2). Luego, Moisés subió al monte Sinaí y recibió las dos tablas de piedra que contenían la Ley. Él cuenta: “Entonces me volví y descendí de la montaña y coloqué las tablas en el arca que yo había hecho, para que continuaran allí, tal como Jehová me había mandado” (Deuteronomio 10:5). Esta arca, o cofre, que Jehová le había ordenado hacer a Moisés para guardar las tablas de la Ley era provisional (Deuteronomio 10:1). El arca del pacto no estuvo lista para ser utilizada hasta prácticamente finales del año 1513 antes de nuestra era.
Poco después de su liberación de Egipto, los israelitas se quejaron de la comida, de modo que Jehová les suministró el maná (Éxodo 12:17, 18; 16:1-5). Fue entonces cuando Moisés dijo a Aarón: “Toma una jarra y pon en ella un omer completo de maná y deposítala delante de Jehová como algo que ha de guardarse durante todas las generaciones de ustedes”. El relato continúa así: “Tal como Jehová había mandado a Moisés, Aarón procedió a depositarla delante del Testimonio [es decir, el arca del testimonio, el archivo para la custodia de documentos importantes] como algo que había de guardarse” (Éxodo 16:33, 34). Aunque sin duda alguna Aarón puso maná en la jarra en aquel día, para depositarla delante del Testimonio tuvo que esperar hasta que Moisés hiciera el Arca y colocara en su interior las tablas de la Ley.
Como ya se ha dicho, el arca del pacto no se construyó sino hacia finales del año 1513. La vara de Aarón se colocó en esta Arca mucho después, tras la rebelión de Coré y sus partidarios. El apóstol Pablo mencionó “el arca del pacto [...], en la cual estaban la jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que echó botones y las tablas del pacto” (Hebreos 9:4).
Dios suministró el maná a los israelitas durante los cuarenta años que vagaron por el desierto, pero dejó de hacerlo cuando “empezaron a comer del fruto de la tierra” de promisión (Josué 5:11, 12). La vara de Aarón se colocó en el arca del pacto por una razón: como señal o testigo para la generación rebelde, lo que da a entender que la vara permaneció allí al menos durante todo el recorrido por el desierto. Por tanto, parecería lógico pensar que la vara de Aarón y la jarra de oro que contenía el maná se sacaron del arca del pacto durante el período que transcurrió entre la entrada de Israel en la Tierra Prometida y la dedicación del templo de Salomón.

*** it-1 págs. 179-180 Arca del pacto ***
El Arca hacía las veces de archivo sagrado para conservar ciertos artículos que servían de recordatorio o testimonio. Las dos tablas del Testimonio o los Diez Mandamientos eran su principal contenido. (Éx 25:16.) También se guardó en ella una “jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que echó botones”, pero más tarde, en algún momento anterior a la construcción del templo de Salomón, se sacaron de ella. (Heb 9:4; Éx 16:32-34; Nú 17:10; 1Re 8:9; 2Cr 5:10.)

(2 CRÓNICAS 5:13)

“y aconteció que tan pronto como los trompeteros y los cantores estuvieron como uno solo en hacer que se oyera un solo sonido en alabar y dar gracias a Jehová, y tan pronto como elevaron el sonido con las trompetas y con los címbalos y con los instrumentos de canto y con alabar a Jehová, “porque él es bueno, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”, la casa misma se llenó de una nube, la mismísima casa de Jehová,”

*** w94 1/5 pág. 10 párr. 7 Cantemos alabanzas a Jehová ***
También se entonaron canciones de alabanza a Jehová acompañadas con música instrumental cuando el rey Salomón dedicó el templo de Jerusalén. Leemos en 2 Crónicas 5:13, 14: “Aconteció que tan pronto como los trompeteros y los cantores estuvieron como uno solo en hacer que se oyera un solo sonido en alabar y dar gracias a Jehová, y tan pronto como elevaron el sonido con las trompetas y con los címbalos y con los instrumentos de canto y con alabar a Jehová, ‘porque él es bueno, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa’, la casa misma se llenó de una nube, la mismísima casa de Jehová, y los sacerdotes no pudieron permanecer de pie para ministrar a causa de la nube; pues la gloria de Jehová llenó la casa del Dios verdadero”. ¿Qué demuestran estas palabras? Que Jehová escuchó esta alabanza melodiosa y le agradó, como lo indicó mediante la nube sobrenatural.

(2 CRÓNICAS 5:14)

“y los sacerdotes no pudieron permanecer de pie para ministrar a causa de la nube; pues la gloria de Jehová llenó la casa del Dios [verdadero].”

*** w94 1/5 pág. 10 párr. 7 Cantemos alabanzas a Jehová ***
También se entonaron canciones de alabanza a Jehová acompañadas con música instrumental cuando el rey Salomón dedicó el templo de Jerusalén. Leemos en 2 Crónicas 5:13, 14: “Aconteció que tan pronto como los trompeteros y los cantores estuvieron como uno solo en hacer que se oyera un solo sonido en alabar y dar gracias a Jehová, y tan pronto como elevaron el sonido con las trompetas y con los címbalos y con los instrumentos de canto y con alabar a Jehová, ‘porque él es bueno, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa’, la casa misma se llenó de una nube, la mismísima casa de Jehová, y los sacerdotes no pudieron permanecer de pie para ministrar a causa de la nube; pues la gloria de Jehová llenó la casa del Dios verdadero”. ¿Qué demuestran estas palabras? Que Jehová escuchó esta alabanza melodiosa y le agradó, como lo indicó mediante la nube sobrenatural.

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